La mejor manera de apoyar a los miembros de nuestra iglesia durante tiempos difíciles es orar por ellos con regularidad.
Otra forma de mostrarles cariño y apoyo es invitándolos a comer, compartir versículos bíblicos edificantes y palabras de aliento. Si tu horario te lo permite, puedes invitarlos a pasear con ellos y visitarlos.
Como cuerpo eclesiástico, los miembros deben preocuparse por su prójimo y estimarlo por encima de ellos mismos. Apoyar a los ministerios existentes o en desarrollo que atienden a los que sufren, incluidos aquellos que han experimentado una separación, un divorcio o la muerte de un ser querido, es una forma de ofrecerles apoyo. Y el segundo, parecido, es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". – Marcos 12:31
Jesús fue un ejemplo de compasión y brindó esperanza y sanación a los heridos. No juzgó sino que ofreció amor y sanación espiritual y física. Ministrar al necesitado es ministrarle a Él.
Jesus was present during time of adversity
La Biblia describe a numerosas personas que enfrentaron pruebas y descubrieron consuelo en la fidelidad inquebrantable de Dios durante sus momentos más difíciles.
Ya sean los israelitas en el Mar Rojo, Elías en el desierto, María y Marta llorando a Lázaro, o Pedro y los apóstoles encontrando gozo en prisión, cada narración ejemplifica la firmeza de Dios hacia su pueblo en tiempos de adversidad.
Como embajadores de Cristo, es nuestro deber ofrecer apoyo a quienes atraviesan pruebas, centrándonos en su bienestar en lugar de quedar atrapados en las circunstancias específicas de sus circunstancias.
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